¿Sabías que se puede reutilizar los residuos de la industria papelera y de la ganadería para obtener superfertilizantes más eficientes y más respetuosos con el medio ambiente y con la salud, gracias a investigaciones del ISQCH?

Esta investigación es un claro ejemplo de economía circular, que  permite transformar residuos para obtener un producto más sostenible, más eficiente y menos contaminante.

Estos fertilizantes emplearán residuos de diferentes industrias, por ejemplo la papelera, de la que se utiliza los residuos de lignina contenidos en el licor negro, y los purines de las granjas.

Gracias a la utilización de los residuos de papelera se consigue que los micronutrientes que necesitan las plantas, como el cinc o el manganeso, presentes en los fertilizantes, se liberen de manera controlada. De esta manera, las plantas dispondrían del tiempo necesario para absorberlos, impidiendo que se pierdan en las aguas de riego o de lluvia.

Por otra parte, la utilización eficaz de purines precisa evitar la emisión de amoniaco, que se produce de manera natural, a la atmósfera. El amoniaco es un gas de efecto invernadero, de olor desagradable, y con efectos negativos en la salud de los humanos y en la de los propios animales. Evitando la pérdida del nitrógeno de los purines, no sólo mejora la eficiencia de los fertilizantes, que contendrán una mayor cantidad de nitrógeno, esencial para el crecimiento vegetal, sino que mejorará el bienestar animal, la salud de los trabajadores y se reducirás las emisiones de efecto invernadero.

Los superfertilizantes permitirán una fertilización más eficiente, reduciendo la cantidad necesaria de fertilizante y evitando problemas de contaminación de acuíferos y aguas superficiales, como el del Mar Menor.